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Del charol al mate: cómo los acabados dictan nuevas jerarquías estéticas

  • Foto del escritor: adolfo fuerte
    adolfo fuerte
  • 19 ago
  • 2 Min. de lectura

En moda, la superficie importa tanto como la forma. El brillo del charol y la opacidad del mate no son simples decisiones estéticas: son declaraciones de poder. En las últimas temporadas, hemos visto cómo los acabados se convierten en un lenguaje paralelo, marcando jerarquías sociales, culturales y económicas dentro del vestuario.



El brillo como statement

  • El charol, con su reflejo casi líquido, ha sido históricamente un símbolo de exceso, juventud y provocación. Desde los años 60 hasta los excesos de los 2000, el brillo funcionaba como un grito de atención.

  • En pasarelas recientes (Versace, Mugler, Coperni), el charol regresa, pero no con la misma connotación rebelde, sino como un guiño nostálgico de glamour digitalizado. Su función es destacar bajo reflectores y, por extensión, en la pantalla de Instagram.


La opacidad como nuevo lujo

  • En contraste, el acabado mate se posiciona como el verdadero lujo silencioso. The Row, Jil Sander, Bottega Veneta han apostado por pieles y telas sin reflejo, como si el valor estuviera en no necesitar atención inmediata.

  • Según el Lyst Index, las búsquedas de bolsos de acabado mate y cuero liso han aumentado un 36% este año, mientras que la demanda de charol se mantiene más asociada a nichos estéticos como el clubbing o el fetichismo estilizado.


Lectura sociocultural

  • El charol y el brillo representan la visibilidad en exceso: ser visto, ser compartido, ser consumido rápido.

  • El mate, en cambio, encarna la discreción del poder: piezas que solo los iniciados saben reconocer, un lujo que no busca viralidad, sino pertenencia a una élite silenciosa.

  • En un mundo polarizado entre la cultura del hype y la sobriedad aspiracional, estos acabados se vuelven espejos de cómo nos posicionamos en la escala social.


Dimensión de negocio

  • La moda lo sabe: los acabados brillantes venden campañas, editoriales y titulares; los acabados mates sostienen ventas a largo plazo y refuerzan identidad de marca.

  • Hermès basa gran parte de su rentabilidad en cueros de grano mate, mientras que Mugler o Versace capitalizan el brillo como espectáculo.

  • Según proyecciones de WGSN, el consumidor de lujo seguirá alternando entre ambos polos: brillo para el show, mate para la inversión.

Conclusión

El debate entre charol y mate es, en el fondo, una discusión sobre qué tipo de poder queremos proyectar: el visible y fugaz, o el discreto y duradero. En moda, cada acabado no solo construye estilo: construye jerarquías.


 
 
 

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