El retorno de la lana gruesa: cuando la textura sustituye al logo
- adolfo fuerte
- 19 ago
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Durante la última década, los logotipos dominaron la moda de lujo. Desde los estampados monogram de Louis Vuitton hasta la “Bottega Green fever”, el branding visual se convirtió en sinónimo de estatus. Sin embargo, las últimas pasarelas y datos de consumo muestran un giro inesperado: el lujo ya no grita, susurra a través de la textura. La lana gruesa, el cashmere pesado y los tejidos artesanales se posicionan como el nuevo statement silencioso, reemplazando a los logos como indicadores de exclusividad.
El giro estético
Casas como The Row, Loro Piana o Jil Sander han colocado la lana y el cashmere en el centro de sus propuestas, construyendo un lujo discreto donde el valor está en la mano de obra y no en la visibilidad del logo.
Este “lujo silencioso” no es una tendencia pasajera: responde a un consumidor que busca pertenecer a una élite estética sin necesidad de declararlo con símbolos gráficos.
El poder de la textura frente al branding
Según Lyst Index 2024, las búsquedas de “cashmere sweater” crecieron un 47% en Europa, mientras que las de “logo hoodie” disminuyeron un 23%.
La lana gruesa transmite peso, durabilidad y tradición: atributos que se alinean con la idea de inversión inteligente más que con la de consumo aspiracional rápido.
Lectura sociocultural
En un contexto de crisis económica y tensiones globales, el consumidor de lujo prefiere proyectar seguridad y solidez antes que ostentación.
El tejido se convierte en una metáfora de refugio: abrigo, protección, permanencia. La moda responde no solo a un deseo estético, sino a una necesidad emocional.
Dimensión de negocio
Marcas históricas como Brunello Cucinelli basan hasta el 70% de sus ventas en lana y cashmere, mostrando que lo “textil” puede ser más rentable que cualquier campaña de logomanía.
El éxito financiero de estas casas confirma lo que WGSN ya proyectaba en 2023: un consumidor con interés creciente en lo táctil, lo artesanal y lo sostenible.
Conclusión
El retorno de la lana gruesa no es nostalgia ni simple tendencia invernal: es un código cultural y económico que redefine el lujo contemporáneo. En un mundo saturado de imágenes, el verdadero privilegio está en lo que se siente con las manos, no en lo que se lee con los ojos. La textura se convierte en el nuevo logo: silenciosa, atemporal y profundamente exclusiva.
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