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La temporada de resort: ¿colección necesaria o simple cash grab?

  • Foto del escritor: adolfo fuerte
    adolfo fuerte
  • 19 ago
  • 2 Min. de lectura

En el calendario de la moda, la colección Resort (o Cruise) ha dejado de ser un gesto discreto hacia clientes privilegiados para convertirse en un pilar financiero y cultural de muchas marcas. Pero la pregunta persiste: ¿es realmente una propuesta necesaria o más bien un movimiento de mercado diseñado para capitalizar el deseo constante de novedad?



Orígenes y evoluciónLas colecciones Resort nacieron en la primera mitad del siglo XX como un servicio exclusivo: ropa ligera y sofisticada para clientas de alta gama que viajaban en invierno a destinos cálidos. Sin embargo, lo que comenzó como un capricho de élite se ha transformado en un esquema de negocio fundamental, que a menudo asegura liquidez en temporadas de baja venta.


La lógica financiera detrás del ResortHoy, muchas casas de moda reportan que las colecciones Resort aportan ingresos estables y predecibles, al estar disponibles en tienda por más tiempo que una colección de pasarela tradicional. Además:

  • Favorecen la rotación de producto en boutiques y flagship stores.

  • Permiten reafirmar códigos de marca con prendas wearable, más comerciales y menos conceptuales que las de pasarela.

  • Funcionan como un cash grab estratégico, apuntando a consumidores que buscan novedad constante y piezas de transición.


Cultura y posicionamientoEl Resort también es un gesto cultural, un momento para que la moda se relacione con el viaje, el escape y el lujo aspiracional. No es casualidad que firmas como Chanel en Cuba, Dior en Marrakech o Louis Vuitton en Río de Janeiro elijan escenarios globales que refuercen narrativa, prestigio y presencia internacional.


Materiales y estéticaEn la pasarela Resort predominan materiales frescos y versátiles:

  • Linos, algodones y sedas ligeras para climas cálidos.

  • Colores vibrantes y estampados gráficos que evocan destinos exóticos.

  • Siluetas relajadas y fluidas, pensadas tanto para el consumo diario como para vacaciones aspiracionales.La elección de estos materiales y cortes traduce una mezcla entre accesibilidad y deseo de lujo.

Conclusión

Más que una colección innecesaria, el Resort es una respuesta híbrida: necesidad financiera para las marcas, fantasía cultural para el consumidor. Si bien puede leerse como un cash grab, también actúa como un escenario donde la moda experimenta con narrativas globales y reimagina su relación con el lujo y el tiempo libre.


 
 
 

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